
Su ubicación es extramuros, en el antiguo barrio de San Miguel, y pese a su forma, pequeña y triangular, es popular y bulliciosa. Corazón del barrio, es conocida como el “cruce de caminos entre el Jerez histórico y el gitano”.
Su nombre se debe a la existencia en esta plaza de una cruz previa incluso al asentamiento en el arrabal de San Miguel.
En 2003 se reformó la plaza, ubicando un monumento a Lola Flores en el centro y dos olivos en la fachada.